La sociedad está cambiando.
El mundo se está digitalizando.
La cultura se está transformando.
El libro está desapareciendo.
Estamos presenciando una crisis.
A nosotros observar el proceso de cambio, el surgimiento de nuevas tecnologías y su incorporación en la vida diaria como la búsqueda de nuevas formas de instalarse en el mundo nos pueden parecer problemáticos y difíciles. Pero muchas veces nos olvidamos de tener en cuenta otros puntos de vista. Así, la preocupación de una adaptación de la educación a este nuevo mundo transformado se nos olvida fácilmente, aunque es imprescindible y decisivo.
La nueva generación es la primera que ya crece en un mundo digital, así que los nuevos medios no serán nuevos para ellos, sino algo normal.
La educación por lo tanto no necesitará enfocarse en una adaptación a algo desconocido, sino dar unas reglas y proponer líneas de actuación para un uso adecuado y útil de las tecnologías digitales. Obviamente tampoco hará sentido tratar de defender lo tan estimado viejo al que estamos acostumbrados, como para los niños ya empieza a formar parte de la historia.
El reto se encuentra en la enseñanza, tanto en la manera como en el contenido. Como nuestro mundo se innova continuamente, es muy difícil estar al tanto de todos los sucesos. Además, para nosotros lo que es lo más natural para los niños contiene un proceso de aprendizaje. A veces también hay que admitir entonces, que la nueva generación nos puede enseñar cosas, y si solo sea demostrarnos que no hay que acercarse a lo nuevo con miedo y desconfianza sino con interés y compromiso.
El aquí desarrollado razonamiento de complicaciones en un mundo cambiante, es totalmente aplicable a la aparición de libros digitales, la cual conlleva una transformación de la manera de escribir y de leer. Esta nueva forma de comunicarse tendrá que estar reflejado en las aulas, siempre presentando todo un abanico de posibilidades. Por lo menos ahora en la fase de transición será necesario demostrar las alternativas existentes, tanto lectura y escritura tradicional como su componente digital, ya que esta generación de alumnos tendrá el poder de decidir el rumbo de la evolución y el grado de relevancia que obtendrá cada uno de sus aspectos.
Una reflexión muy interesante y oportuna, Martina. Estoy de acuerdo en que es fundamental pensar en las generaciones que vienen detrás... Como se suele decir, ellos son el futuro y necesitan más que nunca de una base que les sirva para entender el cambio que estamos experimentando, así que es necesario hacerles entender tanto el funcionamiento del universo analógico como el digital.
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